Counseling
es la respuesta,
¿Pero a
qué?
Durante el counseling (asesoramiento) obtienes
tiempo para dedicarlo a tus pensamientos, a la libertad de hablar y expresarte,
y el espacio para llorar o gritar. Sin embargo te estarás preguntando: “Ah, muy
bien, aunque esto lo puedo hacer en mi casa. Entonces, ¿Para qué ir a una
oficina de un desconocido y encima tener que pagar?” A los psiquiatras, a los
psicólogos y a los terapeutas se les entrena para escuchar, entender y ayudar a
buscar una solución así como trabajar hacia esa meta adquiriendo un estilo de
vida superior.
Muchas circunstancias nos obligan a sentirnos
impotentes, mentalmente deprimidos y físicamente estresados. A veces, estas
situaciones nos hacen creer que no tenemos otra opción y durante esos momentos
es más fácil poder hablar con un desconocido en vez de hablar con familiares y
amigos por temor a que te juzguen o que tu problema vaya de boca en boca. Un
desconocido tiene un punto de vista objetivo, es decir, es capaz de entender la
situación con una mente imparcial; y con esto los terapeutas estamos
acostumbrados a pensar fuera de la norma a la par que mantenemos un acuerdo de
confidencialidad con nuestros clientes.
He conocido a un buen número de personas que
podrían beneficiarse una terapia. Desde mi punto de vista, todos nos beneficiaríamos
de ello. Pero a día de hoy, la mayoría de las personas asimilan la terapia con
enfermedades mentales. Debemos de ser conscientes de que el “counseling” es
para cualquier individuo, especialmente para aquellos que padecen estrés
emocional o que pasan por momentos difíciles y sienten que no son capaces de
afrontar su vida. Así como determinar cuáles son las mejores decisiones a tomar
para uno mismo; inconscientemente la humanidad tiende a complicarse la vida sin
saber cómo resolverlo después. Si todo esto no se trata podría dejar secuelas
mentales desencadenados por el pasado y afectando al presente y/o al futuro.
Cualquier angustia mental o emocional es lo suficientemente grave como para
considerar la terapia.
Tener conciencia
de si mismo: te ayuda a entender tus pensamientos, a ti mismo y a otros.
Sentirse
mejor consigo mismo: te sientes tranquilo, cómodo y seguro de ti mismo.
Reducir
el estrés:
trabajar codo con codo con un psicoterapeuta para superar los temores y
hablando sobre las preocupaciones.
Identificar
tus metas:
aprender nuevos comportamientos y acciones para llegar a esas metas.
Espero que este artículo haya ayudado a
aquellas personas que necesitan hacer
terapia y que dudan sobre ello.
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